
Un procedimiento simple que cambia la vida
“El día en que me quitaron la joroba de búfalo mediante un simple procedimiento de liposucción me cambió la vida. Obtuve un alivio instantáneo. Era como si volviera a ser normal”.
Michael Achille, residente de South Orleans, Massachusetts, comenzó a desarrollar lipodistrofia severa en 2001-2002 como resultado de su medicación contra el VIH.
La lipodistrofia de Michael se manifestó como una joroba de búfalo, una almohadilla de grasa en la parte posterior de su cuello que creció y rápidamente se volvió debilitante. La acumulación anormal de grasa hizo que su cabeza se inclinara hacia adelante y le provocó un dolor significativo, incluidos dolores de cabeza punzantes y terribles dolores de espalda. La joroba de búfalo hacía que dormir y conducir fuera muy difícil, ya que no podía tumbarse boca arriba ni girar la cabeza con facilidad. Si bien los analgésicos como Vicodin ayudaron a aliviar algunos de los síntomas, esta no era la solución a largo plazo que esperaba.
Finalmente, el médico de Michael le dijo que había un procedimiento sencillo que le proporcionaría alivio: la liposucción para eliminar la joroba de búfalo. Desafortunadamente, MassHealth negó la solicitud de autorización previa de su cirujano. Su cirujano instó a Michael a apelar, y él lo hizo, reuniendo documentación de todos sus proveedores médicos para demostrar la necesidad médica del tratamiento.
Michael fue a la audiencia de apelación en Taunton y no podía creer la respuesta: el médico de MassHealth afirmó que el dolor y el debilitamiento de Michael no importaban. El funcionario de audiencias incluso llegó a la conclusión de que su “lipodistrofia causa alteraciones del sueño, dolores de cabeza y de espalda debilitantes, así como malestar psicológico”.
A pesar de esto, la decisión de la apelación continúa diciendo: "El representante de MassHealth señaló que no se trata de si el apelante necesita este procedimiento o puede beneficiarse de él, sino más bien de que el servicio solicitado no sea un servicio cubierto por Massachusetts". Como resultado, el funcionario de audiencias denegó la apelación de Michael sin siquiera considerar si la cirugía era médicamente necesaria. Tenía las manos atadas.
"Estaba muy molesto y no sabía qué hacer", dice Michael. Afortunadamente, pudo encontrar un abogado que lo representara de forma gratuita. El abogado presentó una Solicitud de nueva audiencia directamente ante el Director de Medicaid, Dr. Julian Harris, defendiendo la necesidad médica y los argumentos legales a favor del tratamiento. Michael se sintió aliviado cuando supo que el Dr. Harris había determinado que Michael debería someterse a una cirugía de liposucción.
“El día en que me quitaron la joroba de búfalo mediante un simple procedimiento de liposucción me cambió la vida”, explica Michael. “Tuve un alivio instantáneo. Estaba delirando de alegría. Era como si volviera a ser normal”.
Michael comparte su historia porque sabe que no es posible que todos los que necesitan este tratamiento presenten una apelación y encuentren un abogado que lleve su caso directamente al Director de Medicaid para su consideración. De hecho, muchas personas no buscan tratamiento porque han oído que no está cubierto y, por lo tanto, no saben qué hacer.
Michael tuvo suerte, pero el tratamiento médicamente necesario no debe dejarse en manos de la suerte.